viernes, 27 de abril de 2007

Things I understood...

Apart from the fact that I like the class, I never thought a class on teaching could help me to understand myself better. And it did. Still amazed and trying to work out the consequences of this new understanding. And, what's more, in two different ways.

The first one it's about one trauma I've been having for a long time. I was speaking about it yesterday, in fact, with some classmates: I have learned to pass language exams without learning it. My mind is clever and lazy, so it uses the cleverness to work less. So, it thought, "why bother studying if you can pass without it? I'll show you how to pass the exams." And, god, is it clever. It had even been lying to me about it. But yesterday, I saw its trick! That text opened my eyes to see what it had been doing all German through.
Oh, maleïts conductistes!

The second one is about a clear change in my personality not only when being far away, out in foreign lands, but mostly when speaking in English. Someone said to me after hearing me both in Spanish and in English: "You sound much more confident in English". I thought of it but I couldn't think of any propper explanation. This second understanding comes from one only sentence:
Aprendre una L2 és crear una personalitat en L2.
From here, the thoughts go way too personal to explain here, plus, I'm still trying to work things out. But oh, my! Have I understood things!

Impresionada amb EL

Estic impresionada.
He de confessar que no perdo l'esperança de trobar una classe interessant tot i que cada any es debilita una mica més. Em justifico: sé que em vaig equivocar de carrera desde meitats de segon tot i que els dubtes ja van començar a primer. Per mi, fer traducció era arribar més lluny amb l'anglès, aprendre a dominar l'alemany i fer-me uns bons "fonaments culturals i temàtics de la traducció humanístico-literaria" (I i II). Dubtaba, abans de la decisió final, entre cursar traducció o filologia, i filologia hispànica o anglesa. I la decisió final la vaig prendre pensant que traducció englobava una mica les altres dues. Una llàstima que la carrera s'acabi centrant en saber escriure, que de fet trobo que té més de predisposició o "saber innat" que d'aprendre'n, tot i que sí s'han d'aprendre les normes i eliminar tots els errors possibles. En això, deu punts per la casa. Quant als fonaments culturals... Jo esperava classes de literatura, més denses que les del batxillerat, que ens il·lustressin en el coneixement que veiem sigui als pares, sigui a gent que admirem... una romàntica, vaja. Massa idealista, pot ser. Però és que em va tocar estudiar el realisme i el naturalisme espanyols!!! Mira que n'hi ha, d'èpoques en les que aprofundir, que tenen arrels històriques, socials, polítiques fins i tot, o èpoques de bellesa literària que es poden arribar a entendre molt millor quan algú que hi ha pensat molt més que tú t'ho explica! ...ja, hauria d'haver agafat alguna de les dos filologies... També volia alimentar el meu interès en gramàtica, sintaxi, morfologia, tot el que durant el batxillerat els professors van anar camuflant perquè no se'ls atragantés (?) als que no els agradava...
Bé, deixaré la crítica i els somnis per un altre dia, perquè el que volia dir és que estic impresionada amb la classe. Això pot sonar a piloteig descarat, però en el fons és més aviat una altra crítica despiadada a moltes altres classes: és interessant (fins al punt de tenir ganes d'anar a classe tenint en compte l'horari). Té temari variat però amb un fil comú que tot ho relaciona. Està ben explicat a les diapositives, que són el que realment explica, ampliat, en Daniel Cassany a la classe. (Ho sé, aquests haurien de ser requisits bàsics en tota classe, però jo ho veig com a molt, molt positiu ja que els requisits bàsics són en teoria, i ja sabem que a teoria i a pràctica no fem el mateix... ). Però el més important és que els conceptes de reflexió i creativitat, ofegats amb coixins d'escuma durant (quasi) tota la carrera, són considerats NECESSARIS.

Per fi!!

*suspir*

viernes, 13 de abril de 2007

De donde venimos. Punto 2: experiencias

Nací en el seno de una familia castellanoparlante. Las famílias tanto de mi padre como de mi madre llegan a Barcelona de otros lugares de España en algún momento, indeterminado para mí. Mis padres se conocieron hablando en castellano y, aunque ambos hablan catalán, ambos tienen mucha inseguridad respecto a su escritura (lo que no quiere decir que no lo escriban ni que lo hagan muy mal, pero no lo aprendieron en la escuela). Así que mi lengua materna es el castellano sin duda alguna.

Aún así, creo que el balance entre mi uso del castellano y el del catalán está bastante equilibrado. Desde muy pronta edad hablé con mis tíos más próximos en catalán y mi escolarización fue casi exclusivamente en catalán: en la guardería, en parvulario, en primaria, secundaria y bachillerato, todas las clases excepto las de castellano fueron en catalán. Todos mis amigos del día a día hasta el bachillerato son catalanes y catalanoparlantes y, dada la educación, muchas veces poco diestros en el uso del castellano.

Empezando la carrera volví a entrar en contacto con el castellano como lengua de uso para amigos cotidianos. De hecho, en el test de entrada me dijeron que cogiera catalán como lengua A, pero yo, con un empeño importante en salir del país -tanto de Catalunya como de España- tan pronto como fuera posible, pensé en las futuras posibilidades de cada lengua y pedí que me pusieran castellano como A y catalán como A2, también para cambiar un poco de aires e ideologías, puesto que una gran mayoría de mis profesores de catalán eran, además de nacionalistas, independentistas, y tenían en mente aprovechar las clases de lengua para convencernos de sus ideas. Lejos de estar contra el catalán o contra la variedad de lenguas, me considero más bien internacionalista y pienso, además, que es más interesante llegar a conocer bien los entresijos de la lengua que conocer las ideas políticas de los profesores. Debo reconocer que, en este aspecto, la universidad me ha demostrado que no todos son así, lo cual agradezco en el alma.

También tengo experiencia como aprendiz de lenguas extranjeras, mucha. Empecé con el inglés en algún punto de la educación primaria y era divertido. Un verano me enviaron mis padres a unas colonias de inglés en Rialp, con la Britannia School, donde hacíamos clases de inglés y actividades en inglés, mezclado con juegos, tiempo libre, bailes... Fue tan divertido que repetí al año siguiente, y al otro, y cambié de lugar, pero hubo un problema: algunos de los compañeros que repitieron también al año siguiente habían subido de nivel, y yo siempre volvía al mismo. Todo lo que aprendía durante el verano, se iba perdiendo lentamente a lo largo del curso escolar porque no lo utilizaba y el nivel era muy, muy bajo. Así que un año les pedí a mis padres hacer inglés extraescolar y empecé a ir al Instituto Británico los sábados por la mañana. Y me lo pasaba tan bien que no importaba entrar temprano y salir casi a la hora de comer, porque era muy divertido. La gran mayoría de profesores que he tenido a lo largo de todos mis años como estudiante de inglés en el Instituto Británico han sido brillantes. No buenos, no, brillantes. Seguí allá durante toda la secundaria y me saqué el First Certificate sin saber siquiera qué era, después de un verano en Bath, también con la Britannia School, con el pequeño inconveniente de que éramos muchos extranjeros y demasiados españoles e italianos, en una residencia lejos de la población inglesa, así que resultó algo decepcionante en cuanto al inglés aprendido. Más adelante, a los 16, habiendo acabado la ESO, me fui a Australia, a un pequeño pueblecito a 90 km de Brisbane, y estuve estudiando en una escuela de allá y viviendo con una familia, con lo que mis amigos, mi "familia" y todo lo que me rodeaba era en inglés. Durante casi tres meses. El salto fue tan grande que, ya de vuelta en Barcelona, hice un test de nivel para seguir aprendiendo y me pusieron en un grupo de adultos aunque no tenía ni la edad ni la madurez, pero sí el inglés. Al final de ese año académico, antes de empezar segundo de bachillerato, me saqué el Proficiency y me quedé sin clases de inglés.

Pero no pasó mucho, porque en la ESO me apunté a la segunda lengua que ofrecían como crédito variable, el alemán. Eso sí que fue horrible. En las clases del colegio hacíamos entre poco y nada, nadie se lo tomaba muy en serio. Me apunté al Goethe Institut, pero jamás conseguí tener un profesor que pudiera comunicar tan bien como los ingleses las cuestiones lingüísticas. Aprové los cursos que hice, pero fueron decepción tras decepción, el sentimiento de no haber aprendido nada, el aburrimiento profundo de las clases, el no entender algo y que nadie te lo pueda explicar, la memorización automática de demasiadas cosas que sólo mucho tiempo después he visto que tenían lógica. Y en la universidad no cambió mucho, excepto con la mejor profesora de alemán que he tenido en mi vida: Olga Esteve. Supongo que es una cuestión de actitud, de vitalidad... realmente no lo sé, pero creo que lo que sé de alemán, que no es mucho más que pasivo, lo aprendí con ella. También Ma Esperanza Romero hizo una clase magistral que se me quedó grabada en la memoria de por vida: la explicación lógica de los artículos y adjetivos alemanes. Fue un antes y un después. También por mi cuenta intenté retomar lo que creo que más me falta con esta lengua: la seguridad y el contacto con la gente. Me fui dos meses a Viena a hacer un curso de alemán en la Universität Wien y los cursos fueron interesantes, aprendí bastante, pero el idioma que utilizábamos para comunicarnos mayoritariamente entre polacos, españoles, rusos y demás nacionalidades era básicamente el inglés, puesto que todos estábamos allá aprendiendo alemán y era mucho más cómodo. Los intentos de hablar en alemán se vieron fustrados una y otra vez. Me avergüenza decir que hablo alemán, porque no lo hablo, sólo lo leo y con diccionario.

También en el período universitario pensé que, dado que el alemán no lo voy a dominar nunca bien, por su estructura o por la estructura de mi cerebro, podía empezar otra lengua. Fue el francés. Para conseguir también convalidación y después de no conseguir entrar a la EOI, me apunté al Instituto Francés. Y así como del Instituto Británico, sea por suerte o por ser muy buenos, me quedé con una impresión muy positiva, en el instituto francés hay de todo, como en todas partes, y cuanto más alto es el nivel, menos materia dan, no repasan los conceptos fácilmente olvidables, sólo se centran en un léxico que, de hecho, no es tan diferente del español y el catalán. Propuse un curso de repaso de gramática para los amantes de este apartado lingüístico y para los que no recordaran todo lo explicado en cursos anteriores, pero este año no se va a hacer, y seguramente no se hará tampoco el que viene. (Si alguien sabe de algún curso de gramática general, sea de francés o de alemán, por favor, estaría MUY interesada.)

Después de tantas memorias creo que quizás me he dejado alguna de las preguntas básicas, pero soy incapaz ahora de recuperarlas. Si alguien se lee esto y ve algún déficit importante de información, por favor que avise.


D'on venim. Punt 1: perquès

Moltes raons m'han portat a agafar aquesta assignatura com a lliure elecció. S'hi barrejen motius de tota mena: d'una banda, és clar, l'intent d'aconseguir els 30 crèdits de lliure elecció que es demanen per la carrera, però per aquest motiu hauria pogut triar (i també ho he fet) qualsevol altra assignatura.

D'altra banda, interès personal. A part dels anys i anys fent de professora particular d'anglès tant a nens com a adults, com a adolescents, l'any passat vaig tenir una oportunitat única: em van trucar de l'institut on vaig fer ESO i batxillerat i em van demanar de fer un parell de setmanes de substitució d'un professor d'anglès (que es van acabar convertint en dos mesos) i va ser impresionant. Nervis, dubtes, pors, tensió, ganes de fer-ho millor que bé, moments d'eufòria i atacs d'impotència... i sobretot, (in)seguretat davant de classes de 15 a 25 alumnes d'entre 11 i 16 anys, que pot semblar que no hi hagi molta diferència però resulta curiós les diferències enormes que es poden arribar a donar entre els diferents cursos. No descarto acabar sent profesora en algún moment de la meva vida.

També em resulta interessant perquè faig el treball acadèmic sobre el mateix tema, amb l'Ernesto Martín, que ens van dir que vindria a fer una de les classes, i crec que pot ser un molt bon complement per ampliar el coneixement en la matèria.


Pel que fa a les classes, mentre segueixin sent interessants i segueixin tenint matèria i temari (cosa potser massa poc habitual) em donaré per satisfeta.